Nuestra Historia

Nuestra historia se remonta al otoño de 2014 cuando mi hermana pequeña inauguró
en Madrid una tienda de moda hombre/mujer llamada minimo. Estaba situada en el
Paseo Pintor Rosales, 72 y vendía ropa de primeras marcas de la temporada anterior
a precios muchísimo más económicos.

Todo iba muy bien pero después de un año y medio muy intenso en el plano
emocional, mi hermana no se vio con fuerzas para continuar y tuvo que bajar el telón.
Paradójicamente lo que debería haber sido un buen palo para la familia, se convirtió
en el motor que movió a mi padre a pensar, imaginar e investigar durante más de un
año, que prenda podíamos sacar al mercado que hiciera honor a la marca minimo.
En septiembre de 2017 mi padre nos reunió a todos y nos presentó el primer prototipo
de minimo. Nos quedamos todos helados porque nos pareció una idea brillante.
Lo primero que le dije a mi padre es que, si de verdad queríamos lanzar esta prenda al
mercado, deberíamos presentar el diseño en la Oficina Española de Patentes y
Marcas.
En 2018 nos concedieron la patente y a partir de ahí, y sin tener absolutamente
ninguna experiencia en el plano textil, nos lanzamos de lleno a hacer realidad este
proyecto.

Teníamos claro que o hacíamos una prenda extraordinaria con un acabado y calidad excepcional y con una imagen de marca impecable, o no hacíamos nada. Y además tenía que fabricarse en España o al menos en Europa.
Después de tres largos años de muchísimas dificultades buscando fábricas, testando todo tipo de tejidos y prototipos y afortunadamente contando desde febrero de 2021 con el apoyo incondicional de mi socio Miguel López, pudimos por fin lanzar minimo el 12 de noviembre de 2021.

Ahora al menos podemos presumir de haber logrado cumplir nuestra premisa de
lanzar una prenda de la máxima calidad, producida en una de las mejores fábricas de
Portugal, con un hilo procedente de Italia ideal para nuestra prenda y un packing
fabricado entre Madrid y Valencia. Todo 100% en Europa.

A partir de ahora nuestro sueño es convertirnos en una empresa lo más humana y
cercana posible. En un mundo que cada día parece más deshumanizado y robotizado,
nosotros queremos mostrarnos completamente accesibles a todos nuestros clientes
para escuchar sus necesidades, sus propuestas y si podemos por qué no, hacer
prendas completamente personalizadas.

Por encima de todo queremos priorizar la satisfacción de compra de nuestros clientes
y desde esa conciencia y entre otras muchas cosas, participar en los proyectos de las
ONG con las que colaboramos, donando el 2% de la facturación.